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¿A QUÉ SABE EL MATCHA?

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¿A QUÉ SABE EL MATCHA?

El matcha destaca por su intenso perfil de sabor. Su versatilidad nos permite emplearlo tanto en preparaciones tradicionales como en tendencias culinarias modernas, manteniendo siempre su carácter único.

El matcha de calidad ofrece un sabor fuerte, vegetal y profundo. Se percibe un claro umami, que lo diferencia de otros tés verdes. Esto se debe a su alto contenido de aminoácidos, especialmente la L-teanina, que aporta suavidad y reduce el amargor.

El color verde vibrante revela la abundancia de clorofila, que intensifica tanto el aroma como la sensación en boca. Beber matcha puede recordar a vegetales frescos o espinaca, con un toque cremoso y persistente.

En la taza, la experiencia es compleja: ligero amargor, dulzor tenue y un final largo. El equilibrio entre umami y dulzor es una de las razones por las que el matcha auténtico goza de gran aprecio en la ceremonia japonesa del té.

SABOR DEL MATCHA SEGÚN EL CULTIVAR

Cada cultivar (variedad de planta de té) aporta matices únicos al matcha, un poco como las uvas en el vino. Algunos de ellos son:

  1. Okumidori → suave, con dulzor elegante y cuerpo redondo. Aporta balance y notas umami persistentes.
  2. Samidori → intenso en umami, cremoso y profundo. Muy usado en matcha de grado alto.
  3. Ujihikari → Muy alineado al perfil de sabor que el suelo de Uji, Kyoto suele ofrecer. brillante, fresco y vivaz, con un toque herbáceo.
  4. Asahi → complejo y aterciopelado, con umami muy marcado, sumamente vegetal y retrogusto largo.
  5. Gokou → aroma dulce y floral, notas de cacao blanco y frutos secos.
  6. Yabukita (el más común en Japón) → fresco, herbal y ligero, menos umami que otros cultivares de alto grado.

Blends vs Single Cultivar

Los Single Cultivar permite apreciar con pureza la personalidad del cultivar.

Suelen tener un perfil muy definido: dulce, umami, floral, herbal o intenso según la variedad. Ideal para entusiastas que buscan explorar la expresión única de cada planta.

Los Blends combinan diferentes cultivares para lograr equilibrio, consistencia y complejidad. Los maestros de té (茶師 chashi) ajustan el blend para lograr un equilibrio, resaltar umami, suavizar astringencia o lograr un color más vibrante.

Es la práctica más común en matcha de uso ceremonial, donde se busca un perfil refinado y estable año tras año.

SABOR DEL MATCHA SEGÚN EL ORIGEN/TERROIR

El carácter del matcha también depende profundamente de su terruño: el clima, el suelo, la altitud y las técnicas de cultivo de cada región productora. Igual que en el vino, el terroir imprime identidad.

Regiones principales:

  1. Uji (Kyoto) → Cuna histórica del té japonés. Suele ofrecer un matcha elegante, aterciopelado, con umami profundo y dulzor prolongado. Aún acoge tradiciones de cultivo y sombreado (como honzu (esteras de paja)) un tanto inconvenientes pero que ofrecen un perfil de sabor único.
  2. Nishio (Aichi) Es la segunda región productora más grande. Suele ofrecer un matcha suave, de sabor accesible, con notas frescas y herbales. Reconocido por un verde vibrante y un perfil ligero.
  3. Fukuoka (Yame) → Una región también famosa también por su gyokuro. El matcha suele asemejar mucho más a notas anuezadas, cremoso y redondas. Ideal para quienes buscan riqueza y cuerpo o para quienes gustan del café.
  4. Kagoshima (Kagoshima) Región cálida y volcánica. Matcha de notas más verdes y herbales, a veces con frescura cítrica. Cultivo innovador y orgánico muy presente.
  5. Shizuoka → Aunque más conocida por sencha, tomó mucha fuerza en producción de matcha en los últimos años. Suele ofrecer un perfil frutal, ligero y aromático.

EL SABOR DEL MATCHA LATTE

El matcha latte es quizá la forma más accesible y popular de disfrutar el matcha en el mundo actual. En taza, se siente como un abrazo entre lo tradicional y lo contemporáneo:

  • El matcha aporta notas vegetales, dulces y un delicado umami.
  • La leche suaviza sus matices más intensos, redondeando el sabor con una textura cremosa.

El resultado es un perfil suave, equilibrado y reconfortante, con un dulzor natural que lo hace ideal para quienes se acercan por primera vez al matcha.

Lo interesante es que, a partir de esta base, cada vez surgen nuevas recetas y aplicaciones culinarias:

Variaciones con leches vegetales (avena, almendra, coco, soya) que transforman la experiencia en sabores distintos: desde lo más aterciopelado hasta lo más ligero y fresco.

Versiones frías o “iced”, perfectas para el verano, que realzan el frescor herbal del matcha.

Recetas con especias, miel, jarabes naturales o flores que expanden su versatilidad: desde un matcha chai latte hasta un lavender matcha latte.

Innovaciones en panadería, repostería y mixología, donde el matcha latte inspira desde croissants rellenos hasta cócteles con matcha y leche espumada.

En la actualidad, el matcha latte ha dejado de ser solo una bebida: se ha convertido en un lienzo creativo donde baristas, chefs y amantes del té experimentan sin límites, llevando el sabor del matcha a nuevas expresiones culinarias.